Cada vez que nos expresamos, reímos o lloramos, los músculos de la cara se contraen. Como consecuencia de estas contracciones frecuentes, con el pasar del tiempo, la actividad de estos músculos produce el desarrollo de líneas de expresión profundas, tales como las líneas de la frente, las "patas de gallo", el entrecejo, entre otras.
La toxina botulínica aplicada directamente en el músculo responsable por la formación de la línea o arruga de expresión, causando su relajación temporal y brindando al rostro una apariencia más descansada, rejuvenecida y agradable. |